Descubre cómo las creencias limitantes sobre cocinar van a influir sobre tu conducta alimentaria y cómo puedes hacer para revertir esas creencias.
¿No te gusta cocinar? o ¿Lo has intentado y piensas que eres un desastre en la cocina?. Seguro crees que cocinar es un don y como no lo tienes, nunca vas a poder cocinar. Yo creía exactamente lo mismo sobre cocinar y aunque parezca mentira llegue a tener un restaurante.
Pues nada de eso, cocinar es una habilidad que se aprende, si bien es cierto que unas personas tienen más desarrollado el sentido del gusto, no por eso el resto de nosotros no podemos llegar a cocinar algo rico.
¿Ya adivinaste que nos frena realmente a no tomar acción en la cocina? Sí, son las creencias limitantes.
¿Qué es una creencia limitante?
Las creencias son pensamientos que consideramos ciertos (aunque no lo sean) y tienen una influencia enorme en cómo nos comportamos en todos los ámbitos de nuestra vida, cuando son negativos nos limitan y de allí sale lo de las creencias limitantes.
Son esas voces en nuestra cabeza que cobran vida cuando queremos tomar acción, sobre todo si se trata de algo que veníamos postergando.
Origen de esas creencias limitantes sobre cocinar
Todos tenemos creencias limitantes y las vamos arrastrando desde la niñez, construimos nuestra vida alrededor de esas creencias. Son el motor que domina lo que puedes hacer y lo que no.
Y pasa todo el tiempo, porque incluso nuestros padres y maestros sin querer nos transmitieron creencias limitantes, que antes las aprendieron ellos de sus propios padres.
Cuando somos niños absorbemos todo lo que escuchamos y lo interpretamos con lo poco que sabemos, tal y como suena. Porque percibimos el mundo a través de las palabras y si nos lo dice alguien a quien consideramos una autoridad, lo que escuchamos entonces es ley.
Por esto hay que tener muchísimo cuidado con lo que decimos a otras personas delante de los niños e incluso lo que le decimos a ese niño, porque literal se lo va a creer.
Una historia sobre las creencias limitantes de no querer cocinar.
El universo es muy sabio y cuando tenemos una creencia limitante, nos enfrenta a situaciones donde tenemos que poner a prueba esa creencia.
Evidentemente ahí nos bloqueamos, pero tenemos que tomar la decisión de estar dispuestos o no, a asumir el riesgo de tomar acción.
Esto me pasó a mí, nunca cocine en mi vida hasta el día en que me casé y tomé la decisión de hacerlo, de cocinar, lo hice por amor. Pero aún me seguía considerando muy mala en la cocina.
No fué hasta unos años después, por casualidad y causalidad que se me dió la oportunidad de conocer a un psicoterapeuta. Allí comencé mi viaje interior, esa toma de conciencia y fué cuando me dí cuenta de la cantidad de creencias limitantes que tenía, incluidas las de nunca querer cocinar.
Todo era producto de conclusiones incorrectas basadas en eventos ocurridos en mi infancia. Reflexionado sobre ello, recordé cuando niña en algún momento escuché a mi madre decir que cocinar era una esclavitud, que nos volvíamos dependientes y que la cocina era mal agradecida, siempre estaba sucia.
La verdad que nunca la ví cocinar de niña, aunque tiene muy buena sazón, pero cocina muy de vez en cuando.
Una de esas creencias era que yo no era buena para cocinar, otra que cocinar era muy difícil. Era tanto así que yo creía que hasta el agua se me iba a quemar. Qué si comenzaba a cocinar me iba a convertir en una esclava de la cocina.
Por estas creencias limitantes pasé gran parte de mi vida sin cocinar, mi mente me repetía que no lo hiciera, que lo dejara a las personas que tenían talento para ello.
La mayor consecuencias de no cocinar, fue tener malos hábitos de alimentación durante mucho tiempo. Cuando uno cocina controla lo que come, decide que comprar para alimentarte, aprendes en el camino a tomar buenas decisiones, no esperas que otros decidan por tí.
Lo bueno es que las creencias limitantes se pueden revertir, dependiendo de cuán profundas las tengas o tu grado de disposición a cambiarlas.
Tu creencia limitante no es la verdad, es una verdad construida por tí, por lo tanto tu tienes el poder de cambiarla.
3 acciones que puedes hacer para revertir estas creencias limitantes
1._ Cuestiona el origen de esa creencia límitante.
Investiga en base a qué experiencia sacaste las conclusiones que ahora son una creencia limitante de no poder hacer algo
Pregúntate si es por algo que viste en tu familia, en la televisión o cómo llegaste a pensar esto.
Una vez que te des cuenta de que estás creencias no son tuyas, sino que fueron sembradas en tu cabeza por otras personas, tú misma encontrarás la manera de deshacerte de ellas e impedir que se vuelvan a pasear por tu cabeza.
2._ Piensa en un motivo que te impulse a dar ese primer paso.
- ¿Qué acción podrías hacer tú que te anime a seguir adelante o quién te animaría a hacerlo y te ayudaría a lograrlo.
- ¿Cuál es tu razón o motivación para cocinar?
- ¿Quieres tener bien alimentados a tus hijos, a tu pareja, a tus padres?
- ¿Quieres probar esta actividad que siempre pensaste que te gustaría, pero nunca intentaste por tus creencias?
- ¿Quieres comer más sano?
Sea lo que sea, tómalo cómo una motivación y comienza a cocinar para tí y tus seres queridos.
3._ Toma acción, dá ese salto de fe.
La sensación de haberlo logrado valdrá la pena, te sentirás motivada para seguir y cortar definitivamente con esas creencias limitantes que antes creías verdad, y no te dejaban avanzar.
Además, empezarás a cocinar deliciosos y nutritivos platos que alimenten el cuerpo y el alma de tu familia.
Sea lo que sea, tómalo cómo una motivación y comienza a cocinar para tí y tus seres queridos.
Hasta aquí el artículo sobre las 3 acciones para revertir las creencias limitantes sobre cocinar.
Ya te habrás dado cuenta de cómo estas creencias van a influir sobre tu conducta alimentaria. Si no cocinas para ti, no vas a tener el control de lo que comes y por consecuencia tampoco sobre tu salud.
Si aprendes a organizarte y planificarte nunca serás una esclava de tu cocina, pero como todo, esto es un proceso paso a paso y con la práctica llegarás a sentirte orgullosa de tus logros.
Cuéntame en los comentarios, después de lo que leíste ¿Estás decidida a tomar acción en la cocina?